8 Febrero 09 - Manuel Calderón - Madrid
La sombra nos persigue o nos acompaña, vela por nosotros o nos acecha. Nunca nos traiciona. De espaldas al mundo, casi oculta, como el Nosferatu de Murnau, huyendo avergonzada, y aunque podamos engañarla creando con las manos animales maléficos, esa libertad sólo es un juego. A una sombra no se la puede pisar, es físicamente imposible. O quizá sí, pero desde hace poco: recordemos al vaquero Lucky Luke disparando al corazón de su sombra. Y según avanzamos en la historia del egoísmo humano, ahí está un célebre anuncio publicitario de Chanel donde un hombre de torso desnudo lanza un puñetazo sobre su propia sombra (el perfume es «Égoïste», precisamente).
Como un gesto de amor nació la pintura, o así la data Plinio el Viejo. Lo cuenta Victor I. Stoichita: «Una antigua fábula remonta los orígenes de la pintura a la silueta de la sombra del ser amado que una muchacha de la ciudad griega de Corinto trazó sobre un muro». Stoichita es una historiador del arte de origen rumano que descubrió la pintura con nuevos ojos y es autor de un ensayo fundamental: «Breve historia de la sombra» (1999). La muestra «Sombras», es la construcción de este ensayo con 144 obras, desde la Edad Media hasta nuestros días y deteniéndose de manera especial en la fotografía y el cine, artes basadas en el dominio de luces y sombras, la ficción y la realidad. Hay una historia del arte que se narra a través de la proyección de los objetos y personas, es el gran recurso escenográfico y compositivo, pero también la forma de dramatizar, porque «tiene el inestimable valor de ser un sustituto del alma», explica Stoichita, de aquí que «la sombra sea el lugar donde se visualizan las determinaciones del ser, su identidad». Vender la sombra equivale a la «pérdida de identidad, pasar de ser alguien a ser nada».
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Como un gesto de amor nació la pintura, o así la data Plinio el Viejo. Lo cuenta Victor I. Stoichita: «Una antigua fábula remonta los orígenes de la pintura a la silueta de la sombra del ser amado que una muchacha de la ciudad griega de Corinto trazó sobre un muro». Stoichita es una historiador del arte de origen rumano que descubrió la pintura con nuevos ojos y es autor de un ensayo fundamental: «Breve historia de la sombra» (1999). La muestra «Sombras», es la construcción de este ensayo con 144 obras, desde la Edad Media hasta nuestros días y deteniéndose de manera especial en la fotografía y el cine, artes basadas en el dominio de luces y sombras, la ficción y la realidad. Hay una historia del arte que se narra a través de la proyección de los objetos y personas, es el gran recurso escenográfico y compositivo, pero también la forma de dramatizar, porque «tiene el inestimable valor de ser un sustituto del alma», explica Stoichita, de aquí que «la sombra sea el lugar donde se visualizan las determinaciones del ser, su identidad». Vender la sombra equivale a la «pérdida de identidad, pasar de ser alguien a ser nada».
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Cuándo: Del 10 de febrero al 17 de mayo.
Dónde: Museo Thyssen. Paseo del Prado, 8. Fundación Caja Madrid
(Plaza de San Martín, 1), Madrid.
Cuánto: 6 euros.
http://www.larazon.es/noticia/las-sombras-que-acechan-el-arte
